La ducha
había sido relajante, no tarde mucho en vestirme, había elegido incluso el
traje de baño que usaría, el tiempo antes de ir a casa de Mateo se me hizo
eterno. Finalmente las doce cuarenta, salí de mi casa con mi traje de baño en
un bolso floreado, me dirigí a la casa de al lado. Toque el timbre, esperando
respuesta. La puerta se abrió y salió él, con una sonrisa en los labios,
llevaba una pequeña mochila, seguramente con su traje de baño.
-Hola- me
dio un beso en la mejilla -¿Cómo estás?
Mejor
ahora que te veo… ¿Qué demonios fue eso?
-Muy bien
¿y tú?- pregunte, sin apartar la mirada de sus ojos color miel.
-Muy
bien, también- sonrió. -¿En donde es la fiesta?
-No es
una fiesta- conteste –es más bien algo como una reunión.
-¿Y cómo
llegamos ahí?- volvió a interrogarme.
-Bueno,
está a 20 minutos de aquí, podríamos tomar un taxi…
-Espera-
me interrumpió –me puedo encargar. Espera un momento- dijo y entro a su casa
casi corriendo.
No tardo
mucho en abrirse la puerta del garaje, salió en una camioneta, una camioneta
roja y grande, el garaje se cerró tras él. La ventana del copiloto bajo, y
Mateo dijo:
-Sube.
Entre a
la camioneta y él me dedico una sonrisa. Arranco de una vez, hablamos durante
el trayecto, la mayoría era yo indicándole el camino a casa de Demian, hable
sobre Valeria y Demian, como los conocí, y como son.
-Aquí es-
dije mientras este se estacionaba frente a la casa de Demian.
Salimos
del auto y yo toque el timbre, esperando respuesta, entonces salió Valeria, con
unos shorts y sin nada más que un bikini azul, mostrando sus pechos en
desarrollo.
-Hola- me
beso en la mejilla. –Hola- sonrió y le dio un beso en la mejilla a Mateo. -¿No
nos presentas?
-Oh sí,
claro- sonreí –Mateo, ella es Valeria mi mejor amiga.
-Encantado.
-Lo mismo
digo- dijo Valeria –pero vamos entren.
Seguimos
a la chica de pelo castaño, la casa no era ni muy grande ni muy chica, regular,
atravesamos la sala y salimos al patio. Ahí estaban Demian y Sebastián, Demian
llevaba un short largo, casi hasta las rodillas y una playera gris con
estampado de colores. Mientras, Sebastián, llevaba un short con rayas blancas y
negras, nada más encima, mostrando su abdomen plano, que comenzaba a marcarse.
Lleva a
Mateo donde se encontraban.
-Hola-
salude a ambos dándoles un beso en la mejilla a cada uno. –Les quiero presentar
a alguien, tome a Mateo y lo acerque a nosotros. –Mateo, ellos son Demian y
Sebastián- ambos le extendieron una mano y lo saludaron.
-Mucho
gusto- Mateo les dedico una sonrisa.
-Igualmente-
dijo Demian.
-Muy bien
chicos- apareció Valeria –deberían cambiarse. –Sígueme- me tiro del brazo y me
jalo con ella –Mateo, querido, Demian te llevara a cambiarte.
Me jalo
por toda la casa, me llevo a una habitación, al parecer una de las habitaciones
reservadas para invitados, al entrar puso seguro a la puerta.
-¡Oh por
Dios, Mateo esta guapísimo!- exclamo Valeria, casi gritando.
-Dime
algo que no sepa…
Entre al baño,
con mi traje de baño, todo listo para cambiarme de ropa y cerré la puerta.
-¿Te
gusta?- pregunto Valeria al otro lado de la puerta. Yo me comencé a despojar de
la ropa, empezando por los pantalones.
-No sé-
conteste mientras me desabrochaba el brasier.
-¿Danniel
ya dijo algo?- pregunto.
-No…- me
quede pensativa mientras me terminaba de acomodar el bikini, sobre el cual me
puse un short de mezclilla, un poco corto para mi gusto.
Abrí la
puerta y salí, Valeria estaba esperándome.
-Entonces
¿Qué esperas?
-¿Qué
espero de qué o para qué?
-Ay Lola-
puso su mano en la cara –para salir con él, debes admitir que es muy guapo.
Sabes que si te gusta.
-Solo sé
que nos esperan abajo- me dirigí a la puerta y salimos.
No note
que Valeria ya no me seguía, no tenía idea de donde se había metido.
Salí de
nuevo al patio, los tres chicos estaban ahí, Mateo se acero a mí.
-Hola-
sonrió –Demian y Sebas me cayeron muy bien, son buena onda.
Mateo,
ahora vestía un short colorido, sin camisa, mostrando un abdomen plano y algo
trabajado, lo mire a los ojos, sonrió nuevamente, espero no haya notado que lo
estaba viendo tan detenidamente, nos acercamos con Sebastián y Demian.
De
repente comenzó a sonar música a todo volumen, comenzó a sonar “We can’t stop”
de Miley Cyrus y salió Valeria, con dos botellas, de lo que al parecer era
alcohol.
-¡Ahora
si- grito –que comience la fiesta!
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